INFRAESTRUCTURA
Enero-Febrero 2014
Construcción Latinoamericana
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Las Asociaciones
Público-Privadas son
una alternativa para la
inversión latinoamericana
en infraestructura, pero las
hay de muchas formas. Los
británicos quieren presentar
a la región su modelo PFI.
Reporta
Fausto Oliveira
.
Edificio de la Ciutat de la
Justícia, en la ciudad de Barcelona,
construido por medio de un contrato PFI.
Cambio cultural
acercándose a distintos países de la región
para compartir sus conocimientos respecto
a la modalidad de Asociación Público-
Privada, conocida en su país como PFI
(Private Finance Initiative).
El modelo PFI es una creación conjunta
de los gobiernos de Reino Unido y Australia
de principios de los años 90. La mecánica
no es difícil: el gobierno tiene un proyecto
de infraestructura por el cual no puede
pagar; licita el proyecto a un consorcio que
se hace cargo de proyectarlo, financiarlo,
construirlo, operarlo y mantenerlo por un
período; el gobierno recibe el activo y solo
entonces comienza a pagar por él; al final de
A
mérica Latina tiene una larga
historia de obras no exitosas. En
la región, nos acostumbramos
a ver obras que jamás se entregaron, o se
terminaron años después del plazo, o
con un costo final mucho mayor que el
presupuestado. Mientras los gobiernos
tratan de modelar mejores contratos de obras
públicas, sigue siendo una visión de futuro
la América Latina que ejecuta proyectos
de infraestructura con calidad, dentro del
plazo y de los valores estimados. Con una
amplia experiencia de respaldo en el tema,
un grupo de empresas y representantes
del gobierno del Reino Unido han ido
un plazo -que puede ser de unos 30 años-,
el activo se revierte al Estado.
En líneas generales, es como una
concesión de obra pública. Pero en el PFI el
consorcio privado se hace cargo de buscar el
financiamiento en el mercado y el gobierno
es solo un garante. Únicamente cuando
el proyecto esté entregado y operativo,
el gobierno empieza a pagar cuotas fijas
anuales, contra ciertos estándares de
desempeño, los que si no se cumplen
facultan al Estado a no cancelar al operador
si no hay servicio. Además, a diferencia de
una concesión, el usuario no paga por usar
la infraestructura.
En la otra punta del esquema está el
mercado, que espera recibir el pago del
financiamiento, lo que le pone presión
financiera por resultados.
Los defensores del PFI para América
Latina lo plantean como un nuevo modelo
de APP. Ellos tratan de abrir frentes de
diálogo técnico con los gobiernos de la
región. En el liderazgo de este trabajo está
el departamento del gobierno del Reino
Unido: Infrastructure UK.
Javier Encinas, un colombiano que
trabaja en esta oficina británica, sueña
Comisaría de policía en Kent, Reino Unido,
uno de los muchos proyectos llevados a cabo
mediante contrato PFI en aquel país.